miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿Quién me está tapando la luz?

Vuela bajo el cielo y sobre el mar, en la búsqueda contínua de tu libertad.

Lectura bíblica: 1 Tesalonicenses 5:5, 6
Todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día. 1 Tesalonicenses 5:5

Mauricio, el hermano mayor de Mara, estaba orgulloso de su Mustang convertible clásico, modelo 1967. Pero no lo mantenía limpio, así que un amigo escribió en la tapa del motor: “Límpiame”, y al hacerlo, rayó la pintura con la uña. Mauricio le pegó unos buenos gritos a su amigo por haberle rayado el auto.
Un día, camino a casa volviendo del trabajo, un camión que lo pasó le salpicó el parabrisas que quedó cubierto de barro. No tendría que haber sido un problema, pero a Mauricio se le había acabado el fluido limpiaparabrisas. Aunque trataba de ver por dónde iba, no podía ver el camino a través del parabrisas lleno de barro. Accidentalmente giró a la izquierda y se encontró con que iba de contramano. Por suerte no venía ningún auto que hubiera causado un choque de frente.
A veces hay gente que es como el camión que salpica barro. Estás andando por la vida y de pronto un enemigo te ensucia. Tus amigos son como el muchacho que rayó el auto. Pueden rayarte con sus palabras hasta que realmente duele. A veces el dolor es causado por alguien cerca tuyo.

•      Un familiar te trata como si no valieras nada.
•      Un amigo te evita, te ignora, te hostiga o se burla de ti.
•      Un compañero de escuela te llama cosas como “perdedor”, “retardado” o “torpe”.

Ese tipo de barro bloquea de tu vida la luz de Dios. Dios te ve digno de ser amado, valioso y capaz, pero cuanto más barro te salpique la gente, más difícil te resulta ver la verdad de Dios acerca de quien eres. Cuando te sientes lastimado, es posible que ataques tirando barro a todos los que te rodean, o que te desvíes del camino.
Si te resulta difícil verte digno de ser amado, valioso y capaz, puede que sea porque la verdad de Dios ha sido bloqueada de tu vista por personas que tapan la verdad de tu verdadera identidad. ¿Puede estar pasándote esto? Pregúntate:

•      Las personas con las que paso más tiempo, ¿me ven como me ve Dios?
•      Mis amigos, ¿refuerzan lo que la Biblia dice de mí?
•      Estas personas, ¿reflejan el amor de Cristo por mí?

Si las personas que tienes más cerca siguen tirándote barro, te resultará difícil ver más allá del fango para poder captar el concepto que tiene Dios de ti. En ese caso, ocuparte de tener las personas apropiadas a tu alrededor es como llenarte del fluido limpiaparabrisas de Dios. Es lo que necesitas para quitarte las obstrucciones que te impiden ver.
PARA DIALOGAR: ¿Te ven tus amigos como te ve Dios? ¿Ha llegado el momento de cambiar de amigos?
PARA ORAR: Señor, ayúdanos a elegir los amigos apropiados para que tu luz inunde nuestra vida.
PARA HACER: Si le tiras barro a los demás —si dices o haces algo que expresa que no son dignos de ser amados, valiosos y capaces— deja de hacerlo hoy.


McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.

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