martes, 30 de abril de 2013

Un libro peligroso


"La historia sin fin" (1984) cuenta la historia de un niño llamado Bastian, al comienzo de la película el huye de un grupo de matones de su colegio que lo persiguen por las calles de la ciudad, escapando entra en una librería donde se encuentra con un libro por demás extraño titulado precisamente "La historia sin fin". El dueño de la tienda advierte a Bastian acerca del peligro de leer ese libro...._¿Qué sabes tú de libros? le dice,¿Has leído alguna vez algo? lo mira con desdén.
_Claro que sí, He leído muchos libros....dice bastian frunciendo el entrecejo.
_Pero mientras los leías...¿Te convertías en el protagonista? Fuiste Robinson Crusoe naufragando en una isla desierta...o el capitán Nemo navegando las profundidades de los siete mares?
_Sí, pero al terminar siempre vuelvo a ser el mismo niño, puedo convertirme en quien yo quiera al leer, pero al fin y al cabo, al terminar  vuelvo a ser el mismo de siempre...sólo son libros...
_Precisamente, este es distinto a todos los demás, no es uno de tus aburridos libros, nunca debes leer este libro sin estar preparado porque una vez que te introduzcas en sus páginas nunca volverás a ser el mismo...
El bibliotecario se da la vuelta y Bastián toma el libro huyendo con él..cuando regrese ya no será la misma persona... 

La biblia es el libro viviente, nadie que se haya introducido en sus páginas con el verdadero deseo de oír su voz ha vuelto a cerrarlas siendo la misma persona, ella te hablará, te llamará, cautivará tus pensamientos, no importa quien seas a los ojos del mundo, no importa que te hayan hecho o que hayas hecho o cuan insignificante te sientas, importa lo que Dios quiera hablarte, lo que quiera hacer contigo, si decides abrir este libro ya nunca volverás a ser igual, como el joven Bastián se convirtió en el héroe de su historia, tu vida se convertirá en toda una aventura, ella te hará entrar en crisis, te hará crecer, te hará enfrentar tus miedos, pero sobre todo te llevará ante los pies de tu creador, el dueño de esa voz que te habla a través de este libro tan único, dale hoy una oportunidad de que tu vida sea transformada, atraviesa todo lo que te impedía creer,  hay algo grande para los que se acercan con fe, para los que creen que han sido destinados a algo más que vivir de regalo,  deja que la biblia te hable hoy lo que Dios quiera que oigas....


Hace mucho tiempo, en un barrio más de una provincia más, abrí las páginas de este libro y ya no volví a ser igual...La biblia es un libro peligroso, los desafíos más grandes te esperan en sus páginas pero también la más grande historia de amor...

 

jueves, 25 de abril de 2013

Puertas grandes, bisagras pequeñas

 


El hombre caminaba cansado, la siguiente puerta que tocaría no sería para intentar vender otro de sus libros, hoy no fue un gran día, los que conocen la venta callejera saben que hay días buenos y días donde se acaricia la idea de cambiar de trabajo, hoy no es un día de los buenos, hoy sólo quiere regresar a casa a pensar cómo hará para costearse los gastos de la carrera de medicina, pero la insoportable sed lo obliga a tocar una última puerta.

Lo recibe una señora mayor con una sonrisa muy afable, todo lo que pide es un vaso de agua, la señora asiente, se retira y al regresar trae en su mano un vaso de leche y una galleta. ¿Por qué me lo dió? se pregunta el hombre, todo lo que pedí fue un vaso de agua ¿Por qué me lo dió?

Pasan diez años y la señora contrae una enfermedad que requiere una operación muy costosa. Muy a pesar suyo debe entrar al quirófano y aunque la operación es realmente exitosa ella no puede dejar de pensar cómo hará para afrontar los gastos de su intervención. Finalmente la factura llega,  y cual no será su asombro al leer en grandes letras rojas: pagado hace diez años con un vaso de leche y una galleta, firma: el doctor.

"Y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos." Mateo 5.41 Estas palabras de Jesús reflejan lo que la mujer hizo, ella transitó el nivel de la milla extra, no podía saber qué puerta estaba tocando, no pudo percibirlo, sin embargo una de esas pequeñas acciones, la de traer a un hombre sediento un vaso de leche cuando el solo pidió un vaso de agua era una puerta grande.

Las puertas grandes giran sobre bisagras pequeñas.

No pierdas oportunidad para hacer más de lo que se espera de ti. En el antiguo testamento una ley romana obligaba a los judíos a llevar la armadura de un soldado romano por una milla si este se hallaba cansado para cargarla por sí mismo. Los judíos acudieron a Jesús buscando una solución a este yugo, sin embargo Él los desafió a ir más allá, ¿los obligan a cargar por una milla?, bueno carguen por dos.

Practica este principio y edificarás lealtad de otros hacia ti. Las grandes oportunidades por lo general se esconden detrás de pequeñas acciones. El alcance de tu vida depende de ti.

 

miércoles, 10 de abril de 2013

Corazones Heroicos


En el libro de jueces se relata la historia de Gedeón y una nación asolada por sus enemigos, la biblia cuenta cómo Israel era asolada por los pueblos de Madián y Amalec: "Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra[...] y no dejaban qué comer en Israel[...], venían a la tierra en gran multitud como langostas[...] así venían a la tierra para devastarla."  La nación empobrecía y sus habitantes huían a los montes para refugiarse en las cuevas. En este contexto, un hombre se había quedado atrás con el objetivo de almacenar alimento para que la población no muriese de hambre. Quiero que lo veas de este modo, un solo hombre recogía lo que podía de la cosecha para que otros tuvieran qué comer, fue el último en dejar el terreno cuando ya el resto se habían ido, sabía que muy pronto la cosecha volvería a desaparecer a manos de los invasores, sin embargo esta vez intentó cambiar el resultado, al menos mínimamente.

Dios intervino en la historia buscando a un hombre valiente que pudiese hacer frente al gigante que estaba empobreciendo a la nación, El enemigo principal ni siquiera eran los madianitas o los amalecitas, era el desánimo, el fracaso que se reiteraba una y otra vez. Trata de ponerte en su lugar, sembraban durante meses con la expectativa de una gran cosecha pero vez tras vez mirando al horizonte veían avanzar al enemigo, Refugiarse fue la opción fácil, para un pueblo molido en su espíritu no queda luchar, no les pidas que se esfuercen una vez más, sólo quieren que alguien les devuelva la esperanza y allí estaba un hombre, no era un soldado, sólo alguien que creyó que podría pelear un round más a pesar de conocer el resultado, éso captó la atención de Dios y el resto es historia conocida, Gedeón pasó a la historia como un héroe de la biblia, su rótulo fue "esforzado y valiente".

La definición de valentía que la biblia da no tiene que ver con el número de tus triunfos, sino con una pequeña cantidad de fe para intentarlo de nuevo aunque tu espíritu este llegando al punto de quiebre y sólo quieras desistir. Tal vez seas una madre soltera peleándote con la vida para que tus hijos sean hombres y mujeres de bien, quizá estas luchando contra la enfermedad que llegó un día y se instaló en tu casa, quizá eres de aquellos que luchan por la santidad, por ser buenos esposos en un mundo donde la infidelidad es moneda corriente, luchas con la incomprensión, la soledad, quizá el desánimo ha drenado tus fuerzas... Es en este punto donde Dios desea recordarte que él no te ha abandonado y para él eres de los valientes que transforman su realidad día a día, corazones heroicos con la capacidad de llegar a su destino porque nunca se rindieron.

Lord Alfred Tennyson, gran poeta inglés, definió a los hombres y mujeres que luchan en unas pocas estrofas magistrales: "Aunque mucho se ha gastado, mucho queda aún, y si bien no tenemos ahora aquella fuerza que en los viejos tiempos movía tierra y cielo, somos lo que somos: corazones heroicos de parejo temple, debilitados por el tiempo y el destino, mas fuertes en voluntad para esforzarse, buscar, encontrar y no rendirse."

lunes, 1 de abril de 2013

Las migajas de la cosecha


En su primer capítulo el libro de Rut nos relata el incidente. La familia de Noemí parecía tenerlo todo para ser feliz, sin embargo una hambruna inesperada los sorprende en su propia tierra. La Biblia dice que la familia tomó una decisión radical: se mudaron a las tierras de Moab para sobrevivir al hambre. Las escrituras no nos arrojan demasiada luz en cuanto a los detalles de lo que ocurrió a partir de la mudanza, pero lo cierto es que inesperadamente, en tierras ajenas, Noemí pierde a su esposo y a sus dos hijos, «quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido» (Rut 1.5). En apenas cinco versículos la Biblia nos expone una tragedia; una buena familia que se desintegra injustamente. Pero aún hay algo más sorprendente. La mujer se entera de que Dios había visitado la tierra de la cual había emigrado junto a su familia, «porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan» (Rut 1.6).

Quiero que trates de identificarte con la historia. Al igual que Noemí estás esperando el cumplimiento de una promesa en tu desarrollo silencioso, en tu carpintería personal. Sabes que en cualquier momento Dios puede elevarte a la plenitud de tu ministerio, pero te estás poniendo nervioso. «No debería tardarse tanto», dices un tanto ansioso. Sabes que tienes que permanecer siendo fiel en las cosas pequeñas y aparentemente intranscendentales, pero el «hambre ministerial» se está haciendo sentir. Desearías hacer algo más que estar en silencio, pero solo tienes una visión que tienes que cuidar.

Ya no abundan las palabras proféticas, ni las proposiciones ministeriales, ni las sensaciones místicas, solo estás soportando esa aparente «hambruna espiritual». Hasta que te hartas de la carpintería y decides moverte; te mudas. Alguien te susurra que hay un lugar donde «se come bien»; un sitio donde puedes recibir tu certificado sin rendir el examen. La oferta parece tentadora. Puedes sortear la materia de la espera. Una iglesia donde sí valoren tus dones; otra organización donde no tengas que ir a un seminario para ser pastor; una congregación donde agradezcan tus esfuerzos; un lugar donde puedas desarrollarte como líder. Parece una buena decisión, pero los resultados son patéticos.

Noemí lo pierde todo por haberse movido de su lugar. Ahora no tiene esposo, ni hijos, solo dos nueras de las cuales una sola le será fiel.

La Ley de Dios estipulaba que al recoger la cosecha las familias no debían segar a fondo, a fin de dejar un poco para las viudas y los huérfanos. Así que Noemí regresa a su lugar de origen para recoger las migajas de la cosecha. Pudo haberlo tenido todo, pero no estuvo allí cuando Jehová visitó la tierra y les dio el pan. Hay un momento, un segundo en los tiempos divinos, donde el Señor te visitará con los planos completos de tu vida y tu ministerio. No te hablo del bautismo en el Espíritu Santo, sino de un toque de la presencia de Dios; y lo único que se te pide es que estés en el lugar correcto, a la hora indicada.

 

Nuestra fe es una ofrenda que satisface a Dios

  Versículos de la Biblia Filipenses 2:17 Y aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra ...